Cómo hacer refrescos caseros mucho más saludables

hacer sodas caseras

Que los refrescos azucarados que solemos pedir en cualquier bar o restaurante no son demasiado buenos para nuestro organismo es un hecho de facto, algo que está comprobado en cualquier estudio que se haga. Ese exceso de azúcar no solo aporta calorías inservibles a estas sodas, sino también afecta de manera perjudicial a nuestro organismo, provocándonos posibles enfermedades como por ejemplo la diabetes, al tener los niveles de azúcar demasiado altos, o fallos renales y problemas cardiovasculares. Y es que la cantidad de azúcar de estos productos es absolutamente demencial, por no hablar de la forma en la que esto influye en crearnos adicción…

Por eso, lo mejor es intentar huir de ellos tanto como sea posible. Las alternativas sanas como zumos naturales o agua siempre están ahí, peor seamos sinceros, a todos nos encantan estos burbujeantes refrescos, y si pudiéramos, los tomaríamos todos los días. ¿Habrá alguna forma de hacer que estos refrescos más saludables e igualmente deliciosos? ¿No has pensado nunca en hacer tus propias sodas caseras, con los ingredientes que quieras, y así conseguir que sean mucho más saludables? Aquí te vamos a mostrar cómo conseguirlo.

¿Qué necesitamos para preparar sodas en casa?

Puede parecer muy complicado en un principio, y desde luego no es el tipo de receta que solemos encontrar por la red, pero puede ser una maravillosa alternativa para aquellos adictos a los refrescos que no quieran dejarlos pero entiendan que deben buscar una alternativa mucho más saludable. Aquí te presentamos los pasos a seguir para conseguir tus propias sodas caseras, deliciosas y muy sanas, además de fáciles de preparar:

  • Lo primero que debemos hacer es buscar un edulcorante, lo más natural posible, para darle el dulzor a nuestro refresco. Muchos utilizan jarabe de azúcar, aunque lo más recomendable es acudir a la stevia, por ejemplo, en hojas cien por cien naturales, sin tratar, para reducir las calorías que aporta el azúcar sin renunciar al dulzor que buscamos.
  • Posteriormente exprimiremos zumo natural de la fruta que queramos convertir en refresco. Ya sea naranja, lima, limón, pomelo o cualquier otra, debemos asegurarnos sobre todo de que el zumo quede totalmente líquido, sin grumos.


  • El siguiente paso es mezclar los dos ingredientes, el zumo exprimido y el edulcorante. Si es jarabe, lo haremos al 40% de jarabe y 60% de zumo. En caso de ser stevia en planta, la macharemos y colaremos lo suficiente hasta que de el dulzor que buscamos.
  • Posteriormente, para aportar el toque gaseoso a nuestro refresco, conseguiremos una botella de agua con gas y la vaciaremos hasta la mitad. Luego incluiremos la mezcla realizada previamente con el jugo y el edulcorante, y esperaremos a todo se mezcle bien tumbando la botella, no hace falta agitarla.
  • Guardaremos la mezcla en la nevera o en el refrigerador y entonces dejaremos que se enfríe por un tiempo para tomarla bien fresca y deliciosa.

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De lo que se trata es de conseguir una bebida refrescante con una mezcla igual de deliciosa y dulce, pero sin esa exacerbada cantidad de azúcar que suelen incluir este tipo de refrescos en lata cuando los compramos en cualquier sitio. Nosotros decidimos cuanta azúcar podemos echar en cada momento, a través del edulcorante natural. Así también ahorraremos en calorías, porque este tipo de edulcorantes son mucho menos calóricos que el propio azúcar en sí.

Dependiendo del sabor que queramos darle a nuestro refresco, la necesidad de más o menos edulcorante será distinta, puesto que el propio jugo de la fruta exprimida nos aportará ya cierta dulzura. Tal vez pueda parecer algo laborioso al principio, pero has de tener en cuenta que de una tacada puedes hacer varias botellas de refresco para toda la semana, por ejemplo, y que es algo cien por cien natural.

Por último, desde Nattuh también nos aconsejan tomar bebidas frescas como el té, siendo el té helado una buena opción para esos días en los que el calor marca fuertes temperaturas y mantener la energía.

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