Come frutos secos y aprovecha todos sus beneficios

Más de una vez habrás oído hablar de la importancia de comer un puñado de frutos secos al día. Las nueces, las almendras, los pistachos, las avellanas, las castañas, los cacahuetes, los anacardos, los piñones, los dátiles... incluso los higos secos y los orejones -esas frutas disecadas que las amas o las odias- también se incluyen en la lista de frutos secos, uno de los alimentos más saludables de nuestra dieta.

¿Para qué sirve comer frutos secos?

No son pocos sus propiedades, así que vamos a descubrir las principales razones por las que deberíamos comer frutos secos regularmente:

Chute de nutrientes esenciales y energía

Es difícil elegir por dónde empezar, pero vamos a hacerlo hablando de la gran cantidad de proteínas y minerales que nos aportan, imprescindibles en las dietas veganas y vegetarianas. Minerales como el calcio, el potasio, el hierro y el zinc tienen una presencia destacada en todos los frutos secos, lo que los convierte en una interesante fuente de energía. De esta manera se convierte en el tentempié perfecto para deportistas un par de horas antes de empezar el entrenamiento, pero también para los estudiantes o trabajadores en las últimas horas de la tarde.

Clase de Fitness alimentos para deportistas

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Refuerzo de la salud cardiovascular

Siempre que elijamos los frutos secos naturales, es decir sin tostar ni salar, estaremos comiendo un alimento rico en grasas saludables, como los ácidos grasos omega 3. Estas grasas saludables son imprescindibles para que el organismo funcione bien, ayudan a reducir el colesterol malo y nos suben el HDL, también conocido como colesterol bueno. De esta manera los frutos secos son un alimento cardiosaludable, que nos ayudará a prevenir el desarrollo de enfermedades cardíacas o circulatorias.

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Alimento saciante aliado de las dietas

Otra razón para elegir frutos secos naturales por delante de los tostados son las calorías. Los frutos secos tienen más calorías de las que nos gustaría, pero un consumo moderado no debería reflejarse en la báscula. Consumir frutos secos de forma regular y equilibrada te ayudará a mantener el peso, y en el mejor de los casos incluso perderás peso porque son un alimento saciante. Si a eso le sumamos la fibra dietética que tienen te ayudarán a mejorar el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento y la aparición de tumores en el intestino.

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Cada fruto seco tiene sus particularidades, pero en general nos aportan los mismos beneficios. Eso sí, las nueces son el fruto seco con más antioxidantes y de más calidad, los pistachos están libres de grasas saturadas, los cacahuetes -aunque técnicamente sean legumbres- son buenos para el cerebro, los anacardos son ricos en hierro y zinc, y son el fruto seco que menos caloría nos aporta... Una de las grandes ventajas de esta variedad es que podemos variar los frutos secos que comemos, y todos ellos se pueden consumir de diferentes formas.

Precauciones con los frutos secos

Aunque los frutos secos tengan un montón de propiedades y tengamos todas las razones que hemos visto para disfrutar de ellos hay que tener en cuenta varias cosas, empezando por las alergias. Hay gente alérgica a los frutos secos, o a determinados frutos secos, así que id con cuidado con ellas. Los frutos secos como las almendras o las nueces que todavía no han madurado pueden resultar tóxicas, así que trata de evitarlas siempre que sea posible.

Otro aspecto con el que hay que tener cuidado son las calorías. Ya hemos dicho que siempre es más saludable elegir frutos secos crudos que tostados o salados artificialmente (además al tostarlos se pierden parte de sus nutrientes), pero hay que consumirlos de forma moderada. No siempre es fácil, ya que algunos como las pipas se venden muy salados -las pipas crudas tienen poco sabor-. Además, las personas con hipertensión u obesidad deberían limitar su consumo, ya que pueden producir el efecto contrario y dañar su salud.

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