El organismo del cuerpo humano es, sin duda alguna, uno de los más complejos que podemos encontrar en la naturaleza, coronado por nuestro cerebro, el que nos ha permitido llegar tan lejos y hacernos con el control de este planeta gracias al intelecto. La propia evolución nos está haciendo sobrepasar barreras, una tras otras, consiguiendo superar nuestro nivel de vida en cada generación y alargar más nuestra esperanza vital, al curar muchas de las enfermedades que hasta ahora nos habían matado, o al menos poder tratarlas de una manera mucho más eficaz. Sin embargo, todavía queda mucho por delante.

El cáncer sigue siendo hoy en día una de las lacras más importantes de nuestra sociedad, que se lleva millones de vida cada año. Se puede tratar, pero en muchas ocasiones es tan potente que se hace con nuestro cuerpo y nos mata desde dentro, de manera silenciosa, y cuando queremos darnos cuenta ya es demasiado tarde. El problema viene de nosotros mismos, de lo que respiramos, de lo que hacemos y de lo que comemos. Porque la base genética de la enfermedad está ahí, pero también existe una situación alrededor, unas circunstancias, que pueden alimentar o frenar dicha enfermedad.

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Estos son los alimentos con riesgo de ser cancerígenos

La alimentación es básica no solo para nuestra salud general, sino también para este tipo de problemas, porque en muchas ocasiones lo que comemos es precisamente lo que potencia o lo que evita que suframos un cáncer de este tipo. Ya no hablamos de los problemas que puede acarrear el alcohol, por ejemplo, provocándonos cirroris, o el tabaco, principal causante de uno de los cánceres más extendidos, el de pulmón. Nos centramos en los alimentos que deberíamos evitar si queremos que esta enfermedad pase de largo en nuestras vidas. Alimentos que, tomados de forma constante, pueden suponer un peligro evidente para nuestra salud:

Carne seca

Para poder mantener durante mucho tiempo este tipo de carne a la venta se le añaden componentes que traen nitritos, considerados como uno de los causantes más claros de cáncer en nuestro cuerpo. Es cierto que este tipo de carne puede resultar muy nutritiva, y tampoco está mal comerla muy de vez en cuando, pero ni mucho menos debemos adoptarla de forma habitual para nuestra dieta, porque podríamos sufrir las consecuencias.

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Alimentos transgénicos

Mucho se está discutiendo sobre los alimentos transgénicos, ya que suponen un avance incuestionable en lo que a la cantidad de hortalizas, frutas y verduras disponibles se refiere. La producción crece de forma espectacular, pero a cambio tenemos alimentos llenos de pesticidas y herbicidas, que han sido tratados con agentes químicos, que no son demasiado buenos para nuestro cuerpo porque se alejan del principio de lo mejor es lo natural. Además existen diversas formas de sumarte a la lucha contra el cáncer de mama con pequeños gestos.

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Bebidas gaseosas

Uno de los alimentos más peligrosos en este sentido son los refrescos, sobre todo si se abusa de ellos, algo que por desgracia ocurre más de lo habitual. Los endulzantes que se le añaden a estas bebidas son puramente químicos y eso puede provocar reacciones indeseadas en nuestro organismo, por no hablar de todas las calorías que nos aportan, que además no tienen ninguna función nutritiva.

Palomitas de maíz al microondas

Se cree que las pequeñas bolas que funcionan como contenedores de maíz en las palomitas liberan agentes tóxicos cuando se hacen al microondas, a una temperatura muy elevada, provocando así el peligro para nuestro cuerpo si las consumimos de manera habitual.

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Margarina

Se trata de una alternativa a la mantequilla, pero que cuenta con un montón de grasas transgénicas que como ya explicamos arriba, son muy perjudiciales para nuestro organismo. De ahí que convenga no consumirla demasiado.